ENFRENTAR A LA FAMILIA

...Esa relación junto con las terapias psicológicas, me dieron la valentía suficiente para mirar a mi familia a los ojos, decirles que siempre me  habían gustado las mujeres, que ya tenía  una pareja y que me estaba matando el peso de ese secreto.  Fue un dolor de parto, pues mi hermano era homofóbico, y los comentarios antes mencionados no eran ajenos a mi familia nuclear.  Pero nada de eso me importó…ya contaba con el apoyo de mis dos únicas y mejores AMIGAS, a quienes les conté mi condición unos meses antes que a mi familia.  Ellas conocían el ser humano que hay en mí, y me dijeron que no importaba cuál era mi preferencia sexual, ellas seguirían siendo mis amigas.

Mi familia no lo aceptó de inmediato, mi mamá pensó que era un castigo divino y mi hermano que yo estaba enferma.  Me tocó recurrir a las explicaciones  sobre la orientación sexual, para que “asimilaran” un poco esa verdad que siempre les oculté.

Fue bonito luego poder obrar sin nada qué ocultar…mi primer noviazgo fue algo muy bonito, por fin sentí que podía Amar y ser Amada. Aprendí mucho de mi pareja y aspiro que ella haya aprendido mucho de mi!

Vi nuestra relación como algo para la vida, con respeto, la valoré como persona y como mujer.  Con ella aprendí que una relación sentimental va más allá de caricias y momentos románticos, pues se vive risa y también dolor; el apoyo, el compartir, construir, luchar, la compañía en momentos de soledad etc.

Una relación homosexual, no tiene por qué ser diferenciada de lo que se vive en una relación heterosexual: los humanos somos mucho más que una simple máquina de reproducción sexual, para preservar la especie.  Pobres las almas que reducen el acto sexual sólo a esa cuestión, o las relaciones sentimentales sólo al sexo!

Mi pareja ya no está.  Pero sigue estando mi familia que ahora me apoya, mis amigas que siempre estuvieron y Dios que me AMA y me ACEPTA como soy.  De no ser así, simplemente hubiese muerto cuando intenté el suicidio.  La experiencia de fe me ha llevado a entender un llamado por la defensa de la DIGNIDAD que tenemos los homosexuales, aclarar que nuestras relaciones de pareja no se reducen a los simples genitales, como continuamente lo condena la iglesia.  Por ello, he considerado necesario, construir un aparte sobre Fe y homosexualidad (VER EL LINK HOMOSEXUALIDAD Y RELIGIÓN) En el cual miro la herramienta que han usado para tacharnos de impuros y depravados que cometen actos abominables a los ojos de Dios (la Biblia) La invitación extendida no es a pelear con la iglesia, porque soy bautizada, y desde esa perspectiva; todos los bautizados somos iglesia. 

Es más bien, una invitación a entender que como homosexuales podemos y tenemos derecho al Amor y a la espiritualidad. No a la condena de la soledad, tampoco desde el desenfreno o la promiscuidad.

 

La lectura de esta situación se hace desde la experiencia de AMOR y APOYO que he experimentado por parte de Jesús de Nazaret, un llamado a conocer las situaciones antes de emitir juicios injustos. Porque sólo Jesús me ha de juzgar y él me dice: Mi juicio es justo (Juan 5,30)

 

Porque creo en Cristo, creo en el AMOR  y la FIDELIDAD, por eso estoy a la espera de un AMOR que pueda ser bendecido por él. Aunque la jerarquía de la iglesia diga lo contrario.

 

AMOR ANHELADO

Dónde estás amor anhelado, dónde mi sueño no realizado, pero por el cual lucharé!

Dónde encuentro tu mirada sencilla y tierna…para que en ella me pierda sintiendo felicidad!

Dónde mi belleza anhelada, amor que mi amor espera: dime dónde estás!

Te busco para darte mi vida, para ser y que seas mi alegría, para tener y sentir sin reservas lo que sólo el Amor nos dará

En mis sueños te anhelo, por ti hace muchos años espero…mas aunque pasen los años, no perderé la ilusión!

Aunque también me invade la impaciencia:  ¿dónde estás? ¿por qué no llegas pronto? Por qué tu camino no se encuentra con el mío…para compartir nuestros destinos y no separarnos más!

Anhelo tanto la dulzura de tus labios juntito de los míos. El sonido de tu voz en mis oídos, la caricia de tu piel sobre mi piel.

Anhelo compartir atardeceres, y el nuevo sol de cada día…anhelo tantas cosas vida mía…

…aunque tardes…aunque ahora no estés a mi lado…donde estés mi amor anhelado seguiré esperando por ti, para que Dios lo nuestro pueda Bendecir!



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